Malas horas los tiempos estivales donde el alma se recrea en la ignorancia de sus verdaderos sentimientos. Falsas palabras de recogimiento y de esperanza, en la que la mano del amigo temporero promete llamarte mañana.
Recapacitando en los comentarios, en el que dirán o en lo que piensan, pero nunca meditando en uno mismo.
Rebuscar la palabra para ocultar lo que sientes realmente. Llorando nuestra infancia que no volverá.
Jugando a la pelota de Nivea en la playa onírica de Morfeo. El dolor de nuestra vida esta cada vez mas apuñalado, pero resistimos y buscamos más.
¿Cuales son las preguntas? ¿Cuales son las respuestas?
El reloj marca las horas que no queremos escuchar, y sigue faltándonos el tiempo. La risa burlona de nuestros mayores que nos dicen que no podremos triunfar, me hacen recapacitar... Mientras me tumbo en el sofá, de brazos abiertos, con la brisa de la mañana, me revuelvo en la lectura de un libro que dejé a medias en mi infancia.
Escucho a mis niños ríen y lloran casi al mismo tiempo, mientras mi mujer escribe en los entresijos de esa red de redes, que acerca a los amigos y aleja los largos días de invierno.
Llueve fuera y mientras yo estoy seco. Mirando el panorama de la felicidad me pregunto
¿Que es el triunfo?
Efímero, bastardo, hijo de las gracias desdichas de los demás, lo que no pudieron alcanzar y lo queremos reflejado en uno mismo. Es la patada en los huevos, es la risa cortante del pedante repelente, es la burla, es lo que no tenemos. Una meta constante que no alcanzaremos jamás. Es una falsa esperanza, como la piedra que queremos dejar encalada en las nubes de ese sol amarillo con cara de idiota.
Recapacitando en los comentarios, en el que dirán o en lo que piensan, pero nunca meditando en uno mismo.
Rebuscar la palabra para ocultar lo que sientes realmente. Llorando nuestra infancia que no volverá.
Jugando a la pelota de Nivea en la playa onírica de Morfeo. El dolor de nuestra vida esta cada vez mas apuñalado, pero resistimos y buscamos más.
¿Cuales son las preguntas? ¿Cuales son las respuestas?
El reloj marca las horas que no queremos escuchar, y sigue faltándonos el tiempo. La risa burlona de nuestros mayores que nos dicen que no podremos triunfar, me hacen recapacitar... Mientras me tumbo en el sofá, de brazos abiertos, con la brisa de la mañana, me revuelvo en la lectura de un libro que dejé a medias en mi infancia.
Escucho a mis niños ríen y lloran casi al mismo tiempo, mientras mi mujer escribe en los entresijos de esa red de redes, que acerca a los amigos y aleja los largos días de invierno.
Llueve fuera y mientras yo estoy seco. Mirando el panorama de la felicidad me pregunto
¿Que es el triunfo?
Efímero, bastardo, hijo de las gracias desdichas de los demás, lo que no pudieron alcanzar y lo queremos reflejado en uno mismo. Es la patada en los huevos, es la risa cortante del pedante repelente, es la burla, es lo que no tenemos. Una meta constante que no alcanzaremos jamás. Es una falsa esperanza, como la piedra que queremos dejar encalada en las nubes de ese sol amarillo con cara de idiota.
Comentarios