Siempre se ha dicho que el pasado lo recordamos en blanco y negro, pero no creo que eso sea así.
Tengo constancia, en mis pensamientos, que el cesped del parque de cuando era yo un niño era verde y ese cielo azul que ya solo se repite en mis sueños. El pañuelo rojo de mi madre y el coche amarillo con ojos saltones con el que paseaba por los largos pasillos del hotel.
Una alfombra roja era mi carretera.
Un día, recuerdo, llovio tanto que entro agua por toda la habitacion en la que dormitabamos, en la parte inferior de una discoteca. Habia una bañera de niños de color rosa palido que flotaba por un mar de color grisaceo.
Recuerdo el bate de criket amarillo limón, que solo servia para jugar a golpear a mi padre. Era de plastico blando no vayamos a pensar mal.
Recuerdo las galletas con formas redondas y cuadradas amarronadas, como eran todas las galletas.
La carretera gris, el 850 blanco y un bolante forrado de cuero negro.
Los colores siempre han formado parte de nuestra existencia y no veo en los recuerdos el blanco y negro.
Hasta los malos recuerdos son de color. Tienden a ser de color rojizo, como las tardes obscuras de domingo. Las lagrimas claras que ensucian siempre las caras cristalinas se unen a un sabor amargo, que se pega en la garganta y no te deja hablar. Esas expresiones, siempre ajenos a nuestros sentimientos, rememoran incluso sonidos. Ruidos continuos como el de un ventilador que parece que se va y vuelve, vuelve, vuelve.
No resto mas a los sabores, sonidos y olores y me mantengo firme a esos sueños en color.
El plastidecor marrón era el que mas me gustaba, siempre emborronaba todos los demas, haciendo extender el esplendor de cada uno de ellos.
El lapiz de carbón, dibujaba letras y la mano para contornearla vendada. La venda me la produjo una botella de cerveza marrón clara, dejando una mella en mi mano de escribir, la izquierda. La gasa nunca la he recordado de color blanca, mas bien de color crema obscuro.
El presente percibimos los colores de manera diferente, pasan delante de nosotros siin darnos cuenta. Mi estado de animo siempre lo analizo con los colores que veo. Miro desde la via los campos de naranjos que bordean toda l'Horta. Miro y remiro y descubro miles de tonalidades de verde. El verde amarillento que deja ver los frutos aanranjados, el verde olivo de las frondas externas, el verde pardo de sus inicios y mas alrededor variando dependiendo como este yo. Si me encuentro mal solo veo una masa uniforme, se enegrecen como mi corazon en esos momentos.
Mi niñez es rosa, por los cachetes siempre colorados por el cansancio. Las rodillas peladas, de color negro y granate de los moratones, y el pelo castaño. No vi risas blancas pero si melladas. No eran tiempos de colgate. El balon era gris y "blanco". Las zapatillas siempre sucias eran azules oscuras. El mar era un gran trozo de cielo que se cayo en la play, con nubes y todo. Era gigantesco su color, su olor, su sonido. El alma se me quedo pegada frente a el.
El futuro lo vemos de distintos colores pero siempre termina por sernegro para muchos.
Si no te gustan los colores que ves, recuerdalos y mantendras viva toda esperanza. El color es la luz, la luz es la vida y la vida es el color de nuestra existencia y la de los demas.
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